En mí están tus trazos
de los versos que dibujas,
para que yo sea tu letra
y tú mi inspiración.
En ti esta la pausa
y en mí la admiración;
en ti está el vocablo
que evoca la pasión.
En mí están el esmero
que me dilata el corazón,
por eso te prefiero,
por eso la ilusión.
En ti y en mí las estaciones
que emergen como ríos
y cual sea sempiterna,
yaces primavera otoñal.
Yaces en mí cual verano
que mece en ti mi invierno,
dejando el petricor
de los dulces recuerdos.
Y como un efímero gesto
te impregno en el alma un beso,
tierno y etéreo silencio
como el susurro de estas notas.
Naces inmersa en el alba
de tu mirar que despierta,
luego de un profundo silencio
sin ver, hasta volverme a ver.
Parpadeo de los soles
que si a media luz dan vida,
ya completos me abrirán el cielo
y así podré ver, lo que hay en ti.
En ti esta la magia
que estremece mi silencio,
pues dejarte de pensar no puedo
y es que callar, es de ti escuchar.
En mí está el dulce amor
un abrazo sincero a tu mesura,
traficante y grácil loor
de la silente y eterna dulzura.
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