Hoy se cumplen dos meses desde que te conocí.. Y no hay mejor manera de celebrarlo, que estando junto a tí, en el cielo de los poetas, dibujándote mil gracias, de mi puño y letra...
Cuando llegué, venía como alma errante, con tristeza en la maleta, condenado al olvido en alguna cuneta.. Y me acogiste sin preguntas, como un hijo entre tus brazos, y me llevaste de la mano, mientras daba mis primeros pasos... Contigo viajé cada día, y estuve en lugares donde jamás soñé que estaría..Lloré bajo un almendro, en los ojos escondidos donde la sigo viendo.. A ella, la perfecta desconocida, le dediqué mis lamentos, mis nueve verdades, mis mentiras, la soledad de cada viernes, mis siete vidas, mi triste despertar, el aire que me falta, el rencor, cada lágrima saliente que se ahoga en el infierno de los valientes... Tragué veneno en aquel fatídico segundo, en aquel ataque al corazón y sentí mi alma rota, en su disparo a quemarropa.. La muerte vino a verme, y se quedó a cenar en mi vacío, como amiga confidente.. Y quiso hablarme del destino, sentada en mi viejo diván, de mis preguntas sin respuestas, de mi locura. de mi rencor, de los secretos de mi alma, de mis dudas, hasta arrancarme una confesión..Y se hizo dueña del tic tac de mis horas, ángel guardián de mi infinito, de mi mañana, de mi horizonte, y de las olas que me llevaron a mi salvación, a mi roca...
Hubo tiempo también para noches sin dormir.. Y tú fuíste el motivo de mi desvelo; y me robaste palabras mientras dormía, o encendiste una vela a las tres de la mañana; me enviaste a las musas para que me atormentaran, y soñé junto a tí con un mundo de cuento de hadas...
Pero no todo fueron tormentos... Gracias a tí compartí versos con locos como yo, con mucha ilusión y mucho talento..
Gracias a tí, sentí la piel humana erizándose bajo las sábanas, viajé a playas paradisiacas, conocí a una sirena, enterré mis pies en la arena, y llamé a las puertas del cielo, esperando que alguien me abriera...
Setenta historias, setenta trozos de mi alma, que pude contarte, y que sé que alguna no leíste, pero hay tantos poemas, tantos poetas, que entiendo tu despiste...
Y es poco lo que te conté en comparación con cada palabra que tú me regalaste.. Me llevaste a tantos lugares con tus poemas, que ya no hay desván suficiente para guardar tantas maletas... Me quedo con tus palabras de aliento cuando me lees, y con todo lo que aprendo cuando te leo, porque te tengo cerca aunque no te veo, y eres mi hermano de pluma, mi compañero...
Atrápame, quiéreme. ódiame, condéname, pero jamás me apartes de tu lado, ¡Poémame!...
Fran Renda
@Fran44Sombras
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