Todos los días es una lucha constante contra el tiempo, el destino que se empeña en arrancarte de mí.
Tengo miedo de olvidarte, que desaparezcas de mi mente, de mi vida.
Me duele besarte, abrazarte, hacerte el amor y todo tipo de arte, y que al abrir los ojos, no estés.
¡Cómo dueles!
Voy en busca de la soledad, en busca del mar, para que nuestras almas se cuenten nuestros silencios y llenen sus vacíos.
Mis pupilas todavía se dilatan cada vez que contemplo el inmenso verde océano como tus ojos. El mar me abraza, siento que lates dentro de mí, mi corazón se acelera, tiemblo. Mi piel se eriza al oír tu voz, son las suaves olas susurrándome al oído cada uno de tus sentimientos.
No te alejes, mi amor. No te alejes de mí, que me ahogo.
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