#2#1 Deslizando sigilosa va la araña descendiendo
y en silencio, maliciosa, va la araña prometiendo,
–por su honor y su perfidia–,
que nada en el mundo, ¡pardiez!, es más sabroso
que una mosca al pil-pil, ¡vive Dios!
#5#2 El frío abraza con amor frío
y aprieta pero no ahoga, quizá, pero hiela;
y una hoguera como defensa
de fuego contraatacando
que abraza con amor cálido. Quizá.
#4#1 Despejada la mañana canta la brisa amaneceres
que de sus ojos sonrisas rumores
se tiñen olas y algas.
La luz del sol deslumbrante
sosiego y calma reclama
pues la senda es un camino
que se forma cuando se anda.
#6#5 Nieve sin mancha de tus ojos el sentir.
Suave murmullo de Eolo, el aprendiz,
cual retoño en sus primeros pasos
que diera motivos sin causa
por donde viaja la aurora
de sus encantos la autora.
#4#2 ¿Es acaso mi tesoro de tus hojas el manjar,
o es que la luna brilla más entre las olas del mar?
Ya huele a mar, pardiez, mientras, lento el caracol, en tierra indaga
sin prisa pero sin pausa,
pues en lontananza, rediez, se divisan ya venir olas de sal.
#4#2 Camino andado,
desandado.
El frio viento arrecia,
afloja.
La luz del día nace,
muere.
Una parada para comer ¿bayas silvestres?,
ayunar forzado.
La vida, la muerte…
compañeras de viaje.