Te nombro y mi corazón se contenta
Tus recuerdos me dan fuerza,
Mi niñez y adolescencia mi mente recuerda
Días felices, de colores e inocencia.
Ahora se cuanto te extraño
Un día de mar, sol y tu ocaso,
Tantas bellezas, tradición y encanto
Que daría por verte libre como antaño.
El que te conoce de ti queda enamorado
De su gente, su historia y su rico pescado,
Tu luna se refleja en el mar calmado
En una noche de amor el mejor regalo.
Te prometo como hija el volver a tu lado
A jugar como niña en tu mar encrespado,
A reír y cantar aunque el tiempo haya pasado
A buscar mis amigos ya todos ancianos.
Es el deseo de todo inmigrante
Vivir en un sueño constante,
Si Dios me lo permite,
Y la virgen del Valle volveré para amarte.
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