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Pesadilla del ángulo recto

“Los rusos saben lo que es un ángulo recto, pero no saben hacerlo”
Herta Müller

Entre la negra boca de la noche
y el precipicio del alba inacabable,
discurrían, agitadas, las horas del delirio.
Sueños de azabache
paseaban la madrugada.
Mi mente, despierta,
contemplaba en la pared
una sucesión de ángulos rectos.
El ángulo recto tiene 90 grados,
no todo el mundo lo sabe.
Hay quien sabe que el ángulo recto
tiene 90 grados, pero no consigue
dibujarlo. Hay quien dibuja un ángulo
recto y no sabe cuántos grados tiene.
Aquella noche, el viento dibujaba ángulos rectos;
yo buscaba una suave oscilación,
una pequeña almohada en el camino;
el destino: apoyar la cabeza.
El viento, bofetada inútil,
me empujó hacia la cuneta,
junto a ortigas, alguna amapola
y un borracho dormido que roncaba
los grados ingeridos.
Volaban pájaros inasibles.
Me desperté...
buscaba, tan solo, una almohada
en el camino.
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¿A qué duele el otoño?

El otoño trae extraños dolores
por el cuerpo.
Se te cruza un te quiero,
—olvidado en un bolsillo—
por el costado...
y arañas el tiempo
y el recuerdo
y no tiene remedio.
Son las tres y treinta de la mañana
y pasa por tu sueño una
mano perdida...
y te despiertas
y sacas tu mano de la manta
y no llega al pasado
tan lejos
tan cansados tus dedos.
Atardece, un niño aparece
en tu pupila, en blanco y negro...
y una lágrima no calma su tristeza
y lloras
y no hay color.
En tu sueño han perdido su nombre
los recuerdos. Quedan ecos
de manzanas, y un gusano que asoma
su cabeza...
y te sonríe.
El otoño trae extraños dolores por el alma.
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18comentarios 178 lecturas versolibre karma: 98

Inclinación de la luz

“Hay una cierta Inclinación de La Luz,
Tardes de Invierno—
Que oprime, como la Gravedad
Del Cántico en los Templos”

E. Dickinson


Aparece de repente,
allá por la madrugada,
un negro resplandor
en una esquina de la noche.

Nostalgia, le llaman.
Yo le llamo herida.

Hubo un tiempo de flores,
escondidas.
Hoy solo queda corteza,
alguna hoja caída.
Lo que fue bosque,
un día.

Nostalgia, le llaman.
Yo le llamo herida.

También puede surgir
al mediodía. Cuando
las sombras desvanecen
en el sueño.

¿Se puede añorar un sueño?

Como una pompa de jabón
que al tocarla se rompe,
y el niño mira con asombro
la nada.
Indecisa, la mano, palpando
un infinito, vacío...

Yo, le llamo herida
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19comentarios 238 lecturas versolibre karma: 106

Busca el poema en el viento

Arrastras una palabra entre
las horas. Puede ser pájaro,
amor o grito solitario.

¿Por qué pájaro? ¿No podría
ser árbol o montaña?
Sabes que el diccionario,
la aritmética y un exceso
de figuras trapezoides
ocultan el paisaje.
Además, te asombra el vuelo,
el horizonte.

Amor, lo imaginas con el color
de las frambuesas, el sabor
del aire de la noche.
Inefable. Eterno preludio
de primavera. Recuerdo
del porvenir. Porvenir
de la memoria.

Grito solitario (son dos palabras).
¡Hay algo más triste (más solo)
que un grito solitario!

Persigues un verso que hable
las palabras.

Calla el poema;
canta la tierra jugando
con el viento.
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Si no fuera por el mar

“Quien podría vivir en la tierra
Si no fuera por el mar”
L. Cernuda

Todo pinta de noche
El techo
Mi estómago
El espejo
Los recuerdos que hilvanan el silencio
La ausencia también color de noche
(La leche —con galletas— era blanca)
Abro la ventana
Sale el aire cargado pegado a las paredes
Asomo la cabeza
Ausentes también van las estrellas
Entra el mar...
Sabor a horizonte en mi garganta
Un resquicio de futuro (fugaz) cruza la noche.
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22comentarios 212 lecturas versolibre karma: 119

La paciencia de la primavera

“...transformar el mundo
afuera, lluvia y viento, y la paciencia
de la primavera...”
RM Rilke

Era un tiempo de tormentas rotas,
desencajadas;
tiempo de mares escondidos,
de agua dulce.
Cargadas las nubes de oscuros
enigmas
vibraba la soledad replegada
en el alambre.
Todo en débil equilibrio.

Vulnerable.

Un aire sereno ocupa el firmamento,
se origina un sentimiento, como un soplo.
Hace más de doce meses que fue mayo:
hondo deambular del calendario.

Lejos.

Pero hoy es azul, de nuevo
hay mar, hay cielo.
Aparece el amarillo; el verde
se despliega en las orillas del camino.
Blancos sin contorno, universo
ilimitado.
¡Asombra la luz en su quietud.
Verdadero el mundo... y a la vez tan
ilusorio!

Un marinero remienda las redes,
su barca preparada.
Todo es inicio y calma,
respira la vida:
¡mayo de nuevo!

Habrá que remar...
¡huele a despertar,
el horizonte!
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19comentarios 216 lecturas versolibre karma: 101

El paso de la laguna

Acuna
el viento
la altura de los árboles.
Mi barca,
sin barquero,
cruza la laguna.

Atrás quedaron
horizontes sin pintar,
mares
guardados al verano.

Dos orillas
me reclaman.
Dudan los remos.
A la izquierda
fuego,
extrañas figuras.
Desde la otra orilla
un ángel aburrido
haciendo señas.

¿Dónde me lleva
la barca
sin barquero?
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17comentarios 205 lecturas versolibre karma: 152

Castillos en la arena

No es el mar
el que destruye los castillos
en la arena.

Piensa en el peso
de las sombrías
profecías; huecos
agoreros de penumbras
disfrazados de brisas
con salitre. Esas pálidas
gaviotas que agitan
sin cesar
sus alas negras
y ríen con graznidos
y rompen la inocencia
de las nubes.

No, no es el mar
el que destruye los castillos
en la arena.

Recuerda aquellas sonrisas
perdidas en la infancia,
y los miedos...
a lo alto y lo profundo,
al horizonte y las mareas.
Los ojos apagados que
culpan
de la noche a las estrellas.

No, no es el mar...
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23comentarios 228 lecturas versolibre karma: 131

Monotonía de la pérdida

Cruzan el mar barcos vacíos.
Un mar de un gris hastío.

Del mar se llevaron el cielo.
Del mar se llevaron los peces.
Del mar se llevaron el sol.
Del mar se llevaron el viento.

Cruzan el mar barcos vacíos.
Un mar de un gris hastío.

Sin corazón el mar.
Sin ilusión el mar.
Sin horizonte el mar.

Hasta la soledad se llevaron.

Hasta los barcos vacíos.
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13comentarios 102 lecturas versolibre karma: 97

Mundo desordenado

Tras la ventana,
como un cuadro,
paisaje de mar
en el lugar que ocupaba
la tierra.
Barcos varados,
nubes, alguna gaviota.

Mi abuela mirando
mi mirada,
ojos de infancia,
ojos de ternura;
olor a pan con nata
en la cocina.

Una persiana se rompe
donde antes había luz.
Voces al otro lado
del pasillo; lobos
asomados por la orilla
y un estigma
que anuncia el pasado.
Sutiles amenazas en los pasos,
sombríos cuchicheos de penumbra
y el rumor de un coche negro.
Retorna la tierra rota
a mirar tras los cristales.

Desordenado el mundo...
El tiempo se adentra
en el silencio y se detiene.
Solo en los sueños
duermen los recuerdos.
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24comentarios 140 lecturas versolibre karma: 97

Senryus (reflejados en la niebla)

Llega la niebla
se adentra por la ría,
el mar se esconde.

Llega la niebla
mis pensamientos callan,
melancolía.

Melancolía,
la tristeza se esparce
llegó la niebla.

El mar se esconde,
muy dentro de la ría
llegó la niebla.
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19comentarios 171 lecturas japonesa karma: 109

Poesía eres tú

Digo agua y acabo de inventar
un azul de olas que llegan a tu orilla,
y el azul dibuja otro tono
en tus oídos, quizá verde
o amarillo; quizá un latido.
Los lunes, se transforma el color
en lágrimas oscuras;
junto con las mías llenamos
océanos de blanca espuma.
Los viernes aparece una golondrina
volando entre tu pelo, cae confeti
de las nubes, y yo sonrío
limpio y admirado.
Escribo arena, tú lees caracola,
se oye el mar, suena la sirena
de un barco; un niño pasea
por la playa, la de tu infancia
la de la mía, con sus rocas y su faro.
Esparzo palabras, mueven el silencio,
chocan entre sí, se rompen en letras,
minúsculos pedazos que tú modelas
con recuerdos —Ulises, flotando sobre
ellas, dichoso, vuelve a casa—.
Versos mezclados con hambre de alimento,
con ellos creas sinfonías, sus notas
dulces y amargas; así el sendero
de la vida.
Palabras...cuerdas que saltan por encima
de los miedos, como en un juego.
Mis torpes poemas dibujan pinceladas
que aparecen en un cuadro de Cezanne
con tu mirada.
Poeta soy, por un instante.
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12comentarios 154 lecturas versolibre karma: 91

Pasando el tiempo

...crece el olivo,
sin prisa;
asoma fruta
en un manzano;
bebo un café,
ojos tranquilos,
pensativos
—los posos del café no dicen nada—

escribo,
palabras que se esconden
a mi vista;
puntillista, cae la lluvia,
dibuja la memoria
una ciudad
tras la ventana

a lo lejos el arroyo de
la infancia

una sonrisa

¿sabrá el tiempo
lo que es lejos?
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17comentarios 102 lecturas versolibre karma: 94

Crónica de una muerte anunciada

Corre la gente hacia el supermercado,
peleas por los carros, pasillos atestados;
y al salir, ufanos, cual guerreros espartanos,
celebran la conquista: lejía, harina, levadura,
papel higiénico, cerveza, vino tinto, latas
de atún, pescado congelado.

Los médicos advierten: faltan mascarillas, epis
y camillas. Se acumulan los dolientes en urgencias.
Fiebre, tos y duele el aire. Deprisa se construyen
hospitales y alguien se da cuenta: no teníamos
suficientes sanitarios, no sabemos donde
comprar los materiales. Alguien, con nombre
y apellidos, pasa su última hora en solitario,
una lágrima recorre los pasillos; aplazado,
llora el duelo, trastornado.

Eligió toda la muerte el mismo día.

Aparecen leyes, normativas: ¡quédate
en casa y lávate las manos! Cada día
nos cuentan gráficas y números, parte
de guerra sin ver al enemigo, no suenan
sirenas que anuncien bombardeos.

Les falta aliento a los mayores y pasan
a formar parte de heladas madrugadas,
estadísticas que no valoran el pasado.
Su epitafio refleja crudamente: 80 años,
hipertenso, presa fácil.

Eligió toda la muerte el mismo día.

La naturaleza aprovecha su momento,
libre del humano se reinventa. Se ven
corzos corriendo por las avenidas,
delfines que pasean por las playas,
y el aire recupera sus colores. Así
es la vida; Tierra, llamamos al planeta.

Y yo aún no sé porqué eligió
toda la muerte el mismo día.
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16comentarios 139 lecturas versolibre karma: 96

Mensaje guardado en una botella

Escondieron un mudo acordeón
debajo de las olas. Cuando
desafinado sopla el viento,
suena triste.

Sin palabras,
dentro de una botella
guardaron el mar,
lo arrojaron a la tierra.

Océanos de nada
agua al cielo
le reclaman.

Respirar
quieren
notas de alegre melodía,
olor a mar.

Con extrañeza
en mis pulmones
el aire me rodea,
y busco.

Pensativo,
el mar en su quietud
en el fondo del silencio.

Interpreta el acordeón
acordes que las olas
olvidaron hace tiempo.
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10comentarios 127 lecturas versolibre karma: 96

Senryu

Pasa una nube
como vela de un barco,
¡quién fuera en ella!
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10comentarios 126 lecturas japonesa karma: 87

Ingenuidad

Soñé que alguien dejó
un papel
en el parabrisas del coche.
¿Una multa por mal aparcamiento?; quizás
una carta de amor
de un Seat rojo a un Volkswagen amarillo.

Soñé que los ahogados soñaban
con ser pájaros, buscaban alas en el mar
y con las olas se impulsaban hasta alcanzar
el cielo con sus manos. Alguien les dice
que están muertos y no pueden volar;
serán alimento de los peces, el agua
su único universo.
Pero yo soñé que volaban.

Hay sueños planos que destruyen la ilusión.
Yo sueño sueños curvos...
Llámame ingenuo.
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10comentarios 119 lecturas versolibre karma: 95

Nadie

Soñé un lugar donde la quietud
fuese movimiento y no una
sucesión de soledades.
Desperté una noche
y no vi a nadie,
a nadie,
pesaba
el aire,
amanecía.
Tuve
miedo,
...
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12comentarios 167 lecturas versolibre karma: 83

Solo cuatro letras

Esa ese es
senda sinuosa,
silbante, presurosa;
a veces oscilante
insinuante otras;
suave sombra
sostenida, silenciosa.
Dos letras me sonríen
con sus ojos,
se burlan, me guiñan y bostezan;
dibujan círculos
que se columpian en la nada;
aros por donde saltan,
tristes,
los leones.
Ele, faro erguido,
muro y frontera;
cuerda de suicida,
árbol sin ramas,
puerta sin manilla;
final de un camino
cuesta arriba.
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14comentarios 127 lecturas versolibre karma: 77

Días

Comprobar la esencia de los días
hurgando en los segundos;
desmontar reloj y calendarios,
extrañas maquinarias;
mezclar sueños y vigilias,
horas sin horario;
unir albas con ocasos
crepúsculo continuo.
Dejar que los días se sucedan
sin hacer caso del tiempo.
Ha sido, es, será.
¿Cómo contar ayer, hoy y mañana,
si no hay días ni semanas?
Inventar para que sirven los días.
Los días ... donde vivimos.
Donde vivimos, dicen, son los días.


“¿Dónde vivir sino en los días?”
Philip Larkin
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