Dile, si la ves, que recuerdo cada trazo de su sonrisa. Que reconocí su cara en otras chicas. Que morí aquel día, cuando dijo que no me quería.
Miente, si la ves. Dile que no la necesito. Que encontré en otra roca mi abrigo. Que prefiero morir viviendo a vivir con sus delitos.
Acaricia, si la ves, sus párpados caídos, cansados de llorar los cien mares y mil ríos.
Besa, si la ves, la validación que necesita. Las pinturas rupestres que ya no me dedica desde su cripta. La canción que ya no grita. La pasión que ya no asfixia en sus sábanas malditas...
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