No naciste para cruzar desiertos, mares,
para derribar muros, silencios,
alejarte de los tuyos.
No naciste para huir de tu tierra
hasta alcanzar un paraíso
que se tornó oscuridad.
No naciste para habitar en campos vallados,
para velar en una hoguera
el sueño de tus compañeros.
No naciste para ser ignorado,
para que tu grito enturbiase
tan solo un momento
la paz de los hogares
en la hora del noticiero.
Naciste para ser libre,
habitar la tierra, embriagarte de luz,
llevar el destello hasta tus hijos,
raíces tiernas de corazón sediento.
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