Al unísono,
tatuado sobre el lecho.
Dame suspiros.

¿Hablas de la abstinencia?
De la que hace cerrar muros de arena.
De la que ciega luces.
De la que se enmudece, calla e invoca.

¿Me hablas de tu abstinencia?
De la que siempre escondes por el miedo.
De la que miente sola.
De la que volverá de nuevo al ala.
De la que deja alzar a la aventura.

¿Sabes de mi abstinencia?
De la que me separa por kilómetros.
De la que trasnocha.
De la que se convierte en impotencia.
De la que frena audacia y decisión.

¿Quieres ver abstinencia?
Déjame someterte...

Del poemario Inocente...(ni sin ti, ni conmigo)

Tu sonrisa se inspira en otros brazos
desatados por luces de un arcano,
inscrito en tu padrón de salvamano,
rubricado con rosas y entre lazos.

Mi sonrisa se rasga en mil pedazos
amarrada en un lúgubre rellano,
preso del desazón de mi cachano
carente de almohadas y regazos.

Recurres a mi voz como sosiego
cuando tu laberinto está cerrado
y de mi sonrisa haces cortafuego.

Recurro a imaginarte aquí, a mi lado,
pensando en realidad, dejando el juego.
Pero tu corazón ya está lacrado.

PASADO

Detrás, sobre la espalda.
Tú decides si lastre o remembranza
porque olvidar...no puedo.
Ignorarte tampoco;
despojarme el aroma de tu piel
y no poder sentirte...
Mi lastre en mi pasado,
mi motor del presente.

PRESENTE

Hoy, ahora, este instante.
Perdura quieta aquí, paralizándome.
Sin avanzar atrás,
sin detener caminos
que hagan nacer futuros imprecisos.
Mi presente contigo,
tu futuro...conmigo.

FUTURO

No es luz del fin del túnel,
ni horizonte sobre una línea recta.
Lujuria por llegar,
partida esperanzada,
afán de hacer presente tu recelo.
¿Futuro? Sí que hay...
fue pasado y presente.

Quiero regar tu piel con mis húmedos labios.
Sentir calor alrededor de mi cuerpo
al rozar tus coronas rosadas.

Quiero ser comisura de tu sonrisa,
brisa que despeina tu silueta,
latido de tu gozo tendido...

Quiero ser explorador de tu delta
cuando el silencio llegue a mis oídos.

Quiero bañarme en una pasión de delirio,
ser fuente de tu sed,
música de tus silencios,
luz de tu oscuridad,
guardián de tu cuerpo sinuoso...

Muéstrame el camino que me lleva hacia ti;
y si me lo escondes,
déjame que te lo dibuje sobre un papel llamado sueño.

Me sigue doliendo tanto...
que no consigo consuelo,
agarrado a este pañuelo
seco de todo mi llanto.
No me puede este quebranto
postillón de mi camino.
Soy un triste camerino
sin espejo a quién mirar,
soy barra en un viejo bar
agrietado y blanquecino.

Me sigue doliendo tanto...
que me siento de pecado,
sufriendo solo y callado
pensando en tu desencanto.
Imagen de ser espanto
entre las hojas de un diario.
Soy un triste recetario
de meriendas en barbecho.
Transeúnte de tu lecho
acabado en un poemario.